Lluvia de fuego
El calor abrasador
Seguido del frio paralizante
Los estruendos envolventes
Seguidos del silencio ensordecedor
Y el temblor de la tierra
Y los edificios derruidos
Y los trastos desparramados
El barro y la sangre y las lágrimas
Y sin lugar a donde ir
Y sin lugar a donde volver
Nosotros, en nuestras modernas cavernas,
cayendo, cayendo, cayendo
en el pozo infinito de la vergüenza,
columbrando el horizonte inalcanzable de la verdad,
llorando una inexcusable impotencia.
Montreal, Octubre 31, 2015